COMPARATIVA: EL GRAN LEÓN VS CORAZÓN DE LEÓN
Continuando con nuestra comparativa de películas, hoy les traemos “Corazón de León” versión argentina y “El gran León” versión peruana. La primera en estrenarse fue Corazón de León en Argentina protagonizada por Julieta Díaz y Guillermo Francella, esta película causó tanto impacto en la industria del cine, dejando un gran mensaje, que el actor y productor Carlos Alcántara logró conseguir el guión y volver a contar esta historia pero en una versión peruana. Por lo tanto en el 2017, esta película fue protagonizada por Carlos Alcántara y Gianella Neyra, llegando a ser una de las más taquilleras.
Para poder hablar sobre la comparación de estas dos películas, primero debemos conocer de qué trata cada una de ellas, de esta manera compartiremos nuestros diferentes puntos de vista y daremos a conocer cuál de ellas tuvo mejor éxito:
Corazón de León (versión argentina):
Ivana Cornejo es una exitosa abogada. Desde hace 3 años está divorciada de Diego Bisoni, también abogado y socio del bufete que ambos comparten. Tras la pérdida de su celular, Ivana recibe la llamada de alguien que lo encontró, con intenciones de devolverlo. Es León Godoy, un arquitecto de gran renombre con una personalidad arrolladora: simpático, galante, carismático... y también divorciado. En la charla telefónica que mantienen se establece mucha empatía y ambos sienten un inmediato interés. Durante esa misma charla quedan encontrarse al día siguiente para devolverse el celular. Ivana es la primera en llegar y León llega unos minutos más tarde. Cuando lo ve queda perpleja, León es todo lo que ella percibió, pero mide 1,35 m. Es el hombre perfecto, pero... demasiado bajo. A partir de ese encuentro, Ivana buscará superar esos 45 cm que le faltan al hombre de su vida. Así se enfrentará a las convicciones de una sociedad implacable y a sus propios prejuicios, que exigen a los hombres el éxito económico, profesional y esos ineludibles 180 centímetros de altura.
El gran León (versión peruana):
Ivana Cornejo (Gianella Neyra) es una abogada divorciada y socia de su ex marido Diego Bisoni (Cristian Rivero) en un estudio de abogados. Después de perder su celular recibe una llamada de León Godoy (Carlos Alcántara), quien encontró el teléfono. Desde esa conversación telefónica se establece una gran empatía entre ambos, y se da el inicio de una gran historia de amor que Diego tratará de evitar. Luego de descubrir que León mide 1.36mts, Ivana deberá superar esos centímetros que le faltan al hombre de su vida, enfrentando los prejuicios sociales y los propios.
Luego, al saber de qué trata cada película o como la han tratado de reflejar, este es nuestra conclusión:
Corazón de León arranca con una divertida confusión. Ivana (Julieta Díaz) es una abogada que escucha a León (Guillermo Francella), simpático arquitecto, triunfador, arrollador, galante, atento y rico. O casi rico. Y enano. O casi enano. Mide 1,36 metros. El peligro del filme, a partir de ese momento, está en el romanticismo edulcorado, en el que por momentos pierde buena parte de su fuerza disolvente. Lo que sí suena de maravilla es el sentido del humor de Guillermo Francella, y mejor aún la química con Julieta Díaz. Podemos determinar que es una comedia que jamás cruza ciertas líneas, jamás molesta y sólo pretende caer bien. También, elementos como vestuario, decorados, composición del encuadre, luz, color, música y movimientos de personajes dentro del encuadre, nos permiten entrar de manera más fácil en el juego propuesto por esta película. Por ende, Corazón de León es filme cuya complejidad temática pasa por la sencillez formal para acentuar su buen humor, con fino aprovechamiento de los diálogos y de los personajes secundarios
En cambio, la decepción de la cinta peruana tiene que ver, en primer lugar, con Carlos Alcántara en el papel de León. En la versión de Francella, este logra un personaje lleno de encanto, simpatía, inteligencia, y hasta de una cuota de tristeza, ensoñación melancólica o sentimental más propia de una buena comedia clásica. Alcántara, en cambio, sin posibilidad de ir muy lejos respecto de su registro de ‘stand-up comedy’ o de picaresca criolla, se ve incómodo, limitado, enfundado en un personaje que no entiende. El otro problema de “El gran León” es la pereza creativa del director, que en la mayor parte de la cinta se dedica a calcar, a veces plano por plano, la versión original. Convierten al personaje León menos en un caballero romántico y refinado, y más en un millonario afable y ocurrente, sin mayor atractivo que su dinero.
Como cierre, podemos narrar lo que quiso transmitir los diferentes directores. Lo que en Carnevale era un meritorio intento de devolver algo de delicadeza a la comedia romántica popular de buenas intenciones o políticamente correcta, con su celebración de las diferencias incluida, en el caso de Maldonado y la productora Tondero es un olvidable juego de sketches cómicos cada uno más desangelado que el otro. Lo que en Francella es sensibilidad y profundidad de sentimientos, lo que se afirma por encima de las limitaciones físicas, en Tondero parece ser una mera bonhomía, dinero y muchos resorts de playa lo que distinguen al menudo León.
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